Tomado de: https://www.facebook.com/monsoscardsarlinga
— en Ecclesia mysterium lunae (del Padre
Henri de Lubac).
“La docilidad a la acción del Espíritu Santo es condición fundamental;
razón por la cual, para obtener docilidad hemos de mirar a Cristo
resucitado, a su Rostro, y no a cualquier otro rostro, pues, como
también lo anunciara el mismo Juan Pablo II en Tertio Millenio ineunte,
“(…) la Iglesia mira ahora a Cristo resucitado (…) En el rostro de
Cristo ella, su Esposa, contempla su tesoro y su alegría. La Iglesia,
animada por esta experiencia, retoma hoy su camino para anunciar a
Cristo al mundo, al inicio del tercer milenio: Él « es el mismo ayer,
hoy y siempre » (Hb 13,8)”
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